MAL DE PARKINSON
El mal de Parkinson ocurre cuando diversos centros nerviosos del cerebro no son capaces de controlar los movimientos musculares, por lo que quienes lo padecen sufren de rigidez muscular, dificultad para caminar y continuos temblores en su cuerpo.
Es una enfermedad que generalmente ataca a las personas mayores de 55 años; sin embargo, actualmente se encuentran registros atípicos en niños y en adultos de mediana edad, como es el caso del actor Michael J. Fox, a quien se le diagnosticó cuando sólo tenía 29 años.
Se origina cuando las células nerviosas no producen más dopamina, un componente químico de gran importancia para el cerebro. De hecho, esta sustancia es la que permite que el cuerpo controle armónicamente sus movimientos, y su disminución también causa depresión crónica.
Hasta ahora, no se conoce la causa por la que estas células se alteran. Algunas teorías presumen que la enfermedad se produce por reacciones químicas del cerebro, toxinas del medio ambiente o tendencias hereditarias.
Los primeros síntomas que presentan quienes lo padecen son esporádicos y casi imperceptibles, como el cansancio, irritabilidad, pérdida de la conciencia por pocos segundos o una sensación de temblor pasajera. Pero estas reacciones aumentan rápidamente.
Algunos de los síntomas son:
-Temblores: Es la característica más vinculada a la enfermedad. Los temblores aumentan cuando la persona se encuentra en reposo y disminuyen al realizar cualquier movimiento voluntario. Se inicia usualmente en las manos, pero puede afectar la mandíbula y los pies. Durante el sueño, desaparece por completo.
-Rigidez: Quienes sufren de Parkinson manifiestan una tensión continua en los músculos y puede resultar doloroso. Debido a la rigidez, los movimientos del paciente son lentos.
-Bradicinesia: Es la disminución de los movimientos voluntarios de la persona, lo que produce también lentitud. Es difícil diagnosticar este síntoma y resulta frustrante para quien lo padece porque no puede realizar con rapidez los movimientos que antes solía.
-Inestabilidad de la postura: Al no controlar una postura fija, la persona tiende a inclinar su cuerpo hacia adelante o hacia atrás para evitar caerse. Los hombros se observan caídos por el esfuerzo de mantenerse en pie.
Existen otros síntomas ligados al Parkinson, su frecuencia es variable según el paciente y pueden disminuirse con un tratamiento adecuado:
-Depresión: No necesariamente debe presentarse de manera preocupante y en ocasiones es consecuencia de medicamentos propios para atacar la enfermedad.
-Dificultad para tragar y masticar: Debido a que los temblores pueden atacar los movimientos de la mandíbula, éstos pueden afectar la capacidad para masticar y tragar los alimentos. También debido al aumento de la producción de saliva, se entorpece el proceso de ingestión en el paciente.
-Problemas cutáneos: Es frecuente que la piel se torne aceitosa, especialmente en la frente y las zonas laterales a la nariz. En otros casos, la piel puede resecarse más de lo normal. Esto es consecuencia de la alteración que produce el Parkinson en el buen funcionamiento del sistema nervios.
Información extraida de: http://riie.com.ve/?a=23006
Consulte también: http://www.redsalud.gov.cl/portal/url/item/955578f79a0cef2ae04001011f01678a.pdf
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