¿FINALIZA EL AÑO ESCOLAR, PASARA DE GRADO MI HIJO?
AL ACERCARSE LA FINALIZACIÓN DEL AÑO ESCOLAR LOS DOCENTES DE AULA INTEGRADA SOMOS COMUNMENTE ABORDADOS CON MAS FRECUENCIA QUE EL RESTO DEL AÑO, CIENTOS DE PREGUNTAS SALEN A RELUCIR POR PARTE DE LOS PADRES Y EN OCASIONES POR LOS DOCENTES, CURIOSAMENTE PREGUNTAS E INQUIETUDES QUE NO SIGNIFICARON PREOCUPACIÓN ALGUNA EN EL TRANSCURSO DEL AÑO ESCOLAR. El siguiente artículo tomado del diario clarín.com cuyo de fecha 10 de noviembre de 2002 refleja perfectamente muchas de nuestras inquietudes. Le he realizado algunos ajustes al artículo para adaptarlo a nuestro contexto con todo el respeto a los autores de dicha publicación.
Qué hacer con los alumnos que están en riesgo de repetir de grado
Los especialistas dicen que la repitencia puede derivar en una situación nociva. Pero también sostienen que a esta altura del año hay instancias que todavía pueden ayudarlos a aprobar.
Carolina Brunstein
Se acerca el mes de julio y muchos padres empiezan a preguntarse cómo vendrá el boletín de sus hijos. Algunos están tranquilos y esperan buenas notas, como recibieron durante el año. Pero otros se inquietan, conscientes de que sus chicos tuvieron dificultades en varias áreas y existe el riesgo de que no aprueben. Todavía quedan algunas semanas para ocuparse del tema y evaluar estrategias para ayudar a los niños a llenar los huecos que quedaron en el aprendizaje.
¿Qué hacer en este tiempo para evitar que los chicos repitan el año?, se preguntan hoy padres y docentes. En principio hay que evaluar las causas, distintas en cada caso; las características del alumno; sus necesidades e intereses; y las posibilidades de la escuela y de la familia para acompañarlo en este proceso.
Docentes y especialistas en educación coinciden en que repetir puede ser una experiencia negativa, y aclaran que a esta altura del año aún quedan instancias que pueden ayudarlos a pasar de grado.
Para la psicopedagoga Andrea Bertrán, docente en la Universidad del Salvador, en principio "hay que pensar por dónde pasan las dificultades. ¿Son en la organización y metodología de estudio, o en la comprensión de los temas?". También "hay que ver cuán desfasado está en relación a los contenidos y al resto del grupo".
Bertrán remarca que "la estructura escolar habla de los períodos de compensación, 10 o 15 días en que el alumno sigue yendo a la escuela para resolver esos objetivos que no pudo alcanzar durante el año". En este tiempo, explica, "se trabaja con un cambio de metodología, no se trata de hacer lo mismo de nuevo".
Si en esos días no se alcanzaron los objetivos previstos, ¿repetir el año puede tener alguna ventaja en casos puntuales? Bertrán interpreta: "Si el niño está terminando 3er. grado, que cierra el primer ciclo de primaria, y no se consolidaron los aprendizajes básicos —estar alfabetizado, resolver las cuatro operaciones matemáticas— puede resultarle difícil pasar a un segundo ciclo, donde estos contenidos se van complejizando".
Si es así, opina, "tal vez a algunos chicos les puede resultar mejor repetir, porque les hace falta ese tiempo para aplicar los contenidos, bajarlos a lo concreto".
Si las dificultades son en un área y no en todas, "puede ser bueno un apoyo externo a la escuela —sugiere Bertrán—, aunque hay que saber que un profesor particular no va a hacer magia en diez días". De todos modos, recomienda, "los padres no deberían esperar a que llegue el boletín. Es bueno que se acerquen antes a la escuela y pregunten cómo le va a su hijo".
La directora de la Maestría de Psicología Educativa de la Universidad de Buenos Aires, Nora Elichiry, coincide en que no se debe esperar a último momento para pensar cómo evitar la repitencia de los chicos. "Hay una tendencia de los padres a acordarse en junio o julio, aunque a lo largo del año hubo avisos", señala.
Según Elichiry, "si hay dificultades en todas las materias, hay que pensar que más que un fracaso en cada área puede que se trate de la falta de una estrategia de estudio. Echar la culpa a los niños que no hacen sus tareas es demasiado simplista. Nadie les enseña a estudiar. La organización para el estudio no se aprende sola".
Para Elichiry, los cursos compensatorios son una propuesta interesante. Pero apunta que "hay que partir de la motivación interna de los niños. En las casas a veces se usan estrategias de premios y castigos para que estudien. Pero lo importante es generar en ellos interés por el conocimiento".
A veces, opina, un apoyo escolar externo puede ayudar. Pero si hay dificultades en varias áreas, más que un profesor particular para cada una "conviene uno solo que tutoree, que pueda fomentar la autonomía del niño para que encuentre una forma de organizarse para el estudio, de asumir los tiempos, las responsabilidades, el modo de priorizar los trabajos si hay varias entregas. Esto en general no se enseña en la escuela y se delega en la familia".
Para el psicopedagogo Ricardo Baquero, docente e investigador en la UBA y en la Universidad de Quilmes, "el problema es el carácter graduado de la escuela, que obliga a evaluar periódicamente a los alumnos. Para Baquero, conviene hacer todo lo posible para evitar la repitencia, que puede resultar nociva. "Se crea un estigma del fracaso del niño, no se piensa que es un fracaso de la escuela —juzga—. Además es casi una respuesta primitiva proponer al niño que repita todo lo mismo durante un año, como si se tratara de un problema de tiempo y no de modos de enseñanza."
Con todo, Baquero admite: "A veces el mal menor es que repitan. La decisión es muy delicada, pero no hay que dramatizar la repitencia, que tiene que ver con la estructura misma de la escuela".
Otros padres piensan en cambiar al niño de escuela para evitar que repita. "Esto puede ser adecuado si ven que la modalidad de la escuela no le sirve —señala Baquero—. Pero hay que tener cuidado de no ocultar las dificultades detrás de una mayor flexibilidad en la promoción".
Los especialistas dicen que la repitencia puede derivar en una situación nociva. Pero también sostienen que a esta altura del año hay instancias que todavía pueden ayudarlos a aprobar.
Carolina Brunstein
Se acerca el mes de julio y muchos padres empiezan a preguntarse cómo vendrá el boletín de sus hijos. Algunos están tranquilos y esperan buenas notas, como recibieron durante el año. Pero otros se inquietan, conscientes de que sus chicos tuvieron dificultades en varias áreas y existe el riesgo de que no aprueben. Todavía quedan algunas semanas para ocuparse del tema y evaluar estrategias para ayudar a los niños a llenar los huecos que quedaron en el aprendizaje.
¿Qué hacer en este tiempo para evitar que los chicos repitan el año?, se preguntan hoy padres y docentes. En principio hay que evaluar las causas, distintas en cada caso; las características del alumno; sus necesidades e intereses; y las posibilidades de la escuela y de la familia para acompañarlo en este proceso.
Docentes y especialistas en educación coinciden en que repetir puede ser una experiencia negativa, y aclaran que a esta altura del año aún quedan instancias que pueden ayudarlos a pasar de grado.
Para la psicopedagoga Andrea Bertrán, docente en la Universidad del Salvador, en principio "hay que pensar por dónde pasan las dificultades. ¿Son en la organización y metodología de estudio, o en la comprensión de los temas?". También "hay que ver cuán desfasado está en relación a los contenidos y al resto del grupo".
Bertrán remarca que "la estructura escolar habla de los períodos de compensación, 10 o 15 días en que el alumno sigue yendo a la escuela para resolver esos objetivos que no pudo alcanzar durante el año". En este tiempo, explica, "se trabaja con un cambio de metodología, no se trata de hacer lo mismo de nuevo".
Si en esos días no se alcanzaron los objetivos previstos, ¿repetir el año puede tener alguna ventaja en casos puntuales? Bertrán interpreta: "Si el niño está terminando 3er. grado, que cierra el primer ciclo de primaria, y no se consolidaron los aprendizajes básicos —estar alfabetizado, resolver las cuatro operaciones matemáticas— puede resultarle difícil pasar a un segundo ciclo, donde estos contenidos se van complejizando".
Si es así, opina, "tal vez a algunos chicos les puede resultar mejor repetir, porque les hace falta ese tiempo para aplicar los contenidos, bajarlos a lo concreto".
Si las dificultades son en un área y no en todas, "puede ser bueno un apoyo externo a la escuela —sugiere Bertrán—, aunque hay que saber que un profesor particular no va a hacer magia en diez días". De todos modos, recomienda, "los padres no deberían esperar a que llegue el boletín. Es bueno que se acerquen antes a la escuela y pregunten cómo le va a su hijo".
La directora de la Maestría de Psicología Educativa de la Universidad de Buenos Aires, Nora Elichiry, coincide en que no se debe esperar a último momento para pensar cómo evitar la repitencia de los chicos. "Hay una tendencia de los padres a acordarse en junio o julio, aunque a lo largo del año hubo avisos", señala.
Según Elichiry, "si hay dificultades en todas las materias, hay que pensar que más que un fracaso en cada área puede que se trate de la falta de una estrategia de estudio. Echar la culpa a los niños que no hacen sus tareas es demasiado simplista. Nadie les enseña a estudiar. La organización para el estudio no se aprende sola".
Para Elichiry, los cursos compensatorios son una propuesta interesante. Pero apunta que "hay que partir de la motivación interna de los niños. En las casas a veces se usan estrategias de premios y castigos para que estudien. Pero lo importante es generar en ellos interés por el conocimiento".
A veces, opina, un apoyo escolar externo puede ayudar. Pero si hay dificultades en varias áreas, más que un profesor particular para cada una "conviene uno solo que tutoree, que pueda fomentar la autonomía del niño para que encuentre una forma de organizarse para el estudio, de asumir los tiempos, las responsabilidades, el modo de priorizar los trabajos si hay varias entregas. Esto en general no se enseña en la escuela y se delega en la familia".
Para el psicopedagogo Ricardo Baquero, docente e investigador en la UBA y en la Universidad de Quilmes, "el problema es el carácter graduado de la escuela, que obliga a evaluar periódicamente a los alumnos. Para Baquero, conviene hacer todo lo posible para evitar la repitencia, que puede resultar nociva. "Se crea un estigma del fracaso del niño, no se piensa que es un fracaso de la escuela —juzga—. Además es casi una respuesta primitiva proponer al niño que repita todo lo mismo durante un año, como si se tratara de un problema de tiempo y no de modos de enseñanza."
Con todo, Baquero admite: "A veces el mal menor es que repitan. La decisión es muy delicada, pero no hay que dramatizar la repitencia, que tiene que ver con la estructura misma de la escuela".
Otros padres piensan en cambiar al niño de escuela para evitar que repita. "Esto puede ser adecuado si ven que la modalidad de la escuela no le sirve —señala Baquero—. Pero hay que tener cuidado de no ocultar las dificultades detrás de una mayor flexibilidad en la promoción".
Información extraida de:
http://edant.clarin.com/diario/2002/11/10/s-05216.htm
http://edant.clarin.com/diario/2002/11/10/s-05216.htm
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